En la Secretaría de Educación flamea una bandera muy especial: tiene tres esferas rojas sobre un circulo blanco. La izaron alumnos de primaria de las escuelas Irigoyen y Rivadavia, institutos JIM y Congreso y colegio Padre Roque Correa.

 Es una bandera creada por el filósofo y artista ruso Nicolás Roerich, en 1920. “La bandera representa la unión de la cultura humana. Las tres esferas simbolizan la espiritualidad, el arte y la ciencia, aspectos fundamentales de la cultura, y el círculo significa la eternidad y la totalidad”, explicó Patricia Roldán, del departamento de Mediación Escolar del Ministerio de Educación, durante el acto presidido por la ministra Susana Montaldo que se realizó en los jardines del predio de Educación.

Lo singular es que esta bandera fue otorgada por la fundación internacional Mil Milenios de Paz al Ministerio de Educación de Tucumán, distinguido como Embajada de Paz. El galardón se entregó en reconocimiento a la política educativa de crear centros de mediación escolar, con alumnos mediadores, en todas las escuelas primarias de la Provincia, lo que posibilita la resolución de conflictos dentro de las escuelas y mejora la convivencia escolar. “Esta política es única en todo el país ”, resaltó con orgullo Natalia Quiroga, referente provincial y distinguida como “Embajadora de Paz” por la fundación.

Emocionada, la ministra Montaldo resaltó: “hoy hablar de la paz en el mundo no es hablar de un tema menor, sobre todo en estos momentos. Si bien alguna vez pensamos que después de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, con la creación de los organismos internacionales, la guerra podría ser cosa del pasado, vemos que no es así. Quizás porque es un tema que pasa por la convivencia, por el modo de abordar los conflictos. Por eso esta bandera que marca la ciencia, el arte y la cultura como los ámbitos donde nos desarrollamos es también un llamado para afrontar la vida en sociedad, en el aula, en la familia, de un modo distinto”.

“Hoy vivimos en un mundo tecnológico, donde a veces no nos miramos a la cara y no nos escuchamos, no sabemos qué le pasa al otro. Esta bandera también es un llamado a encontrarnos y comprometernos a que el desarrollo tecnológico, que si bien es bueno porque mejora nuestra calidad de vida, no cubra el encuentro personal y la escucha directa con el otro, con quien trabajamos o convivimos. Que nos podamos acompañar para hacer esta vida más rica y fructífera y que podamos vivir en paz”, concluyó.